Parecía diferente a 'Pesadilla en la cocina', pero un concursante de 'Batalla de restaurantes' afirma que "está orientado hacia el morbo"
    María Garzón
    María Garzón
    -Redactora
    Apasionada de un buen drama y adicta a cualquier comedia romántica, considera que las series y películas no tienen fecha de caducidad.

    El dueño de Pepito Ternera no terminó muy contento con su experiencia en el programa de Alberto Chicote

    Atresmedia

    Cuatro restaurantes expertos en la materia prima de una región compite por ser el mejor en su elaboración. Esta es la premisa de Batalla de restaurantes, el programa de Alberto Chicote que terminó su primera temporada el pasado 28 de marzo. Todo parecía indicar que el nuevo formato de laSexta se alejaría de los conflictos de Pesadilla en la cocina, pero la realidad fue muy diferente. Con su primera entrega ya demostró que el "mal rollo" y la competencia iban a ser claves del 'show', algo que ha estado presente en todas sus emisiones.

    Cádiz, Vigo, Menorca, Zaragoza, Gijón, Cartagena, Toledo y Madrid fueron las ciudades elegidas por los productores de laSexta para la primera temporada de Batalla de restaurantes. 24 restaurantes de prestigio competían por ser el mejor en cocinar la materia prima de su localidad y obtener los 10.000 euros de premio. Un hecho que hace pensar que solo puede traer buenas consecuencias, pero que para algunos dueños no ha sido una experiencia gratificante.

    "Es un programa de cocina, orientado hacia el morbo, hecho para mostrar el desprecio del trabajo de otros compañeros. Es un reality show, la cocina es algo residual", afirma Francisco Bernad Casanova a El Español. El propietario y cocinero del restaurante Pepito Ternera, que participó en la entrega de Zaragoza, señala que aceptó concursar tras una llamada en octubre de los productores, quienes le convencieron de que era una buena oportunidad para dar visibilidad al restaurante y a la cocina tradicional aragonesa.

    Bernad no ganó el programa, pero vivió "enfrentamientos, las confrontaciones, las malas palabras y las faltas de respeto" que la productora no quiso cortar. "La puntuación que nos dieron salió del odio y el rencor del resto de los participantes, y los clientes lo pudieron ver", destaca al citado medio. Y es que, el dueño de Pepito Ternera asegura que muchos de los comensales que han ido después de la emisión le han confirmado que se cometió una injusticia.

    "Tenemos un proyecto muy serio en el que cocinamos para ganarnos la vida, y eso fue lo que pudieron ver los televidentes. Muy buena cocina, un sitio limpio y acogedor y unos precios muy competitivos. Supongo que también tenemos errores, como todos, cosa que intentamos pulir para que la experiencia sea, realmente, satisfactoria, pero con todo eso no fue suficiente para ganar el premio", afirma a El Español.

    Además, no duda en mandar un mensaje a Chicote al considerar que "la cocina de una región no la representan los restaurantes elegidos por los productores de laSexta". "Yo no represento la gastronomía de Aragón. De hecho, quién es laSexta para decidir eso a golpe de dedo. Quién es nadie para hacerlo. Yo me quedo con que sólo represento a mi restaurante", sentencia al citado medio.

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