Crítica de SensaCine.com para Sexo en Nueva York: Un capítulo alargado hasta la saciedad

Tras seis exitosos años en antena, resultaba inevitable que, tras la finalización de la serie, no se intentara seguir exprimiendo las aventuras del grupo de neoyorkinas que se convirtieron en símbolo de una generación de mujeres que estaban pidiendo a gritos una emancipación con respecto a los roles de dominación masculinos arquetípicos. Las aventuras de Carrie Bradshaw y sus amigas iban dirigidas al sector femenino exclusivamente y lograron convertir este hecho en su máxima bandera. Las chicas por fin hablaban sin tapujos de sus intimidades en la pantalla, pero... ¿no terminaban pareciéndose demasiado a las actitudes de los hombres de los que ellas tanto renegaban? Más allá de ese tipo de consideraciones, la película de 'Sexo en Nueva York', venía a situarse en el punto justo en el que terminaba la serie: tras el rencuentro entre Carrie y Mr. Big. Por fin la pareja encontraba el punto adecuado en su vida y en su relación para dar un paso adelante que, no podía ser otra cosa que pasar por el altar. Al final, las chicas de 'Sexo en Nueva York', tan emancipadas y libres, demostraban que lo único que las hacía felices era encontrar un marido.

Sin embargo, algo fallaba en todo esto, algo muy básico: los responsables no supieron adaptar el formato de media hora de la serie a unos alargadísimos 145 minutos de duración que no hacían sino dar la sensación de que nos encontrábamos ante un doble capítulo alargado hasta el extremo. Las dudas y vicisitudes de las chicas, se hacían más pesadas, intrascendentes y absurdas que nunca, y ni siquiera ellas se encontraban cómodas en unos papeles que las habían acompañado durante tanto tiempo. De todas formas, esta primera parte de 'Sexo Nueva York' en pantalla grande, es una buena película si la comparamos con la que vendría a continuación, 'Sexo en Nueva York 2': uno de los mayores bochornos jamás vistos y que no debería haber existido jamás.

A favor: Que por fin se casen Carrie y Mr. Big. No hubiéramos podido soportarlo más.

En contra: Es larga y aburrida.