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    Descubriendo el velo de 'La monja': cómo se hace una película de 'Expediente Warren', desde dentro

    SensaCine visita en Rumanía el rodaje del nuevo 'spin-off' de la saga de terror de New Line y Warner Bros. El estreno, el 7 de septiembre.

    · Visiones y ausencia de una figura paterna

    La época y la misión condicionarán el recorrido de este par de personajes, y también su relación. En palabras de Taissa Farmiga, la hermana Irene ni siquiera estará segura al principio de por qué ha sido escogida por Roma para convertirse en la mano derecha de Burke, mitad cazador de demonios, mitad buscador de milagros. "Pero, a lo largo del viaje, aprende mucho y ve en él una presencia o un modelo masculino a seguir que no ha tenido en su vida", razona la también actriz de American Horror Story que, con su albugíneo vestuario, parece un copo de nieve centelleante en medio de tanta oscuridad. "Ella es una monja, por supuesto, y está rodeada de otras mujeres. Tiene a Jesucrito, que es el mejor modelo a seguir, pero Burke es como un padre y un amigo".

    Irene tuvo una infancia emocionalmente complicada y, de niña, se enfrentó a visiones y sueños que no era capaz de comprender. Este hecho hace que se asemeje a Lorraine Warren, médium y clarividente profesional en Expediente Warren. "Sus padres, y su padre en concreto, no le dieron el apoyo que necesitaba", prosigue Farmiga. "Su padre quería encerrarla en un hospital psiquiátrico porque no era capaz de entender lo que estaba pasando [...] Pensaba que o estaba mintiendo o estaba mal de la cabeza. Así que, al no haber tenido un apoyo masculino en su vida, se muestra un poco precavida cuando conoce al padre Burke [...] Pero aprende a confiar en él porque, intrínsecamente, es un hombre bueno. Es muy devoto y está muy comprometido. Todo se lo toma en serio: su trabajo, su fe, su confianza en el Señor. Y para ella está bien ver a un hombre tan fuerte por dentro como por fuera. Responde a eso y forman un auténtico compañerismo".

    · Comunismo y persecución religiosa

    Para Irene, la tarea encomendada por el Vaticano será la ocasión perfecta para buscar respuestas sobre sus visiones. "Por cómo suenan, no creo que todas sean muy positivas [...] Pensaba que estaba loca cuando era una niña, y su padre creía que estaba mintiendo. Y después, la Iglesia se enteró de sus visiones, la arropó y le sugirió que viviera una vida dentro de ella. Pero, a pesar de ser bienvenida a un lugar tan sagrado, no sé si cree que sus visiones sean tal cosa". En parte, y debido a que el padre Burke no puede entrar a la abadía donde se ha producido el suicidio, la recomendación de Irene se debe a que es una mujer. El acceso al convento es muy limitado y sólo las monjas pueden acceder a él. De ahí que Demián Bichir describa su reclutamiento como "llevar un traductor a una zona de guerra". "Ella es mi traductora celestial y mi forma de entrar", nos dice.

    El actor de Sin noticias de Dios, que creció sabiéndolo todo sobre catolicismo gracias a su devota abuela pero que no es practicante de ninguna religión, subraya que el período histórico marcará parte de la historia. La Segunda Guerra Mundial ha terminado y los sacerdotes y las monjas sufren muchas persecuciones, en especial en las regiones donde los partidos comunistas se están haciendo con el poder. Nicolae Ceaușescu no sería líder hasta 1967 pero, tras la liberación soviética de Rumanía, el primer ministro Petru Groza impone la abdicación al rey Miguel I y proclama la República Popular. "La forma más segura de viajar es con ropa de civil", sigue Bichir. "Y hemos viajado con ropa de civiles hasta llegar al claustro porque [vestirse de religioso] es la única manera de entrar".

    · Mensajes con ‘emojis’ de angelitos

    Taissa, que vio Historia de una monja (1959) con Audrey Hepburn para prepararse el papel -"Me llevó una hora y media llegar a los primeros 45 minutos de la película de la cantidad de notas que tomaba"-, además de consultar imágenes e ilustraciones y bocetos de Corin Hardy, consiguió abstraerse del horror que la envolvía casi hasta el final, cuando ya no pudo seguir bloqueando la cara 'demoníaca' de Bonnie Aarons, que vuelve a interpretar a La monja tras El caso Enfield. "No me gusta el terror", nos confiesa. "No soy muy buena viéndolo. Rodarlo es otra cosa. Es mucho más divertido porque sólo tienes que interpretar el miedo y no sentirlo [...] Soy un cliché con patas en el tema de los sustos. No me gusta la oscuridad, y no me gusta estar sola en la oscuridad". Y lo mismo sucede con su compañero. "No soy un gran admirador del terror", comparte Bichir. "Odio que me asusten [...] Hay una escena en la que salgo rezando, con monjas malvadas detrás de mí. Y nunca llegué a verlas. Pero sólo de pensar en ello...".

    Casualidades de la vida, la actriz, de 23 años, se encontraba con su hermana Vera, de 44, que estaba de visita, cuando su agente le envió el guión. "¡Ah! Qué curioso! Audición para... ¿La monja? ¡Oh, un 'spin-off' de... ¡Expediente Warren! ¡Mola!". Ella pensó que era divertidísimo. Esto fue un sábado e hice la audición al lunes siguiente". ¿Están Irene y Lorraine Warren conectadas? No lo sabe o no quiere decirlo. "Si hace que la gente empiece a hablar, entonces creo que es fantástico".

    Cuando fue contratada, y como sabía que Vera también lo había pasado mal al volver a casa sola mientras rodaba Expediente Warren, sus lecciones fueron más que escuchadas. También empezó a meditar. "Uno de los consejos que me dio [Vera] fue dejar el estrés, la pesadez y el terror en el trabajo e intentar separarlo mí misma. Parte de la meditación que he estado haciendo consiste en controlar tus pensamientos. Y no es fácil”, garantiza. "Aparte de eso, me dijo: "No dejes que te afecte". Había veces en las que le escribía un mensaje diciendo: "Acabo de llegar a casa. Voy a apagar las luces y me voy a dormir. Te quiero". Y ella contestaba: "Vale, cuídate. Y me ponía el emoji de un angelito".

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